lunes, 3 de mayo de 2010
miércoles, 7 de octubre de 2009
LA GUITARRA ENTERA
Presentamos dos textos, fotos, un video sobre la guitarra vozarrona, la guitara entera, leona, bumburona... como se le conoce a este instrumento del son jarocho del sur de Veracruz. El Texto de García Ranz fue publicado en la revista Son del Sur. Agradecemos tambien a Alfredo Delgado por su dedicación a dejar constancia de lo nuestro, tambien a Joel Cruz Castellanos, quien ejecuta la vozarrona en Los Cojolites, y quien ha estado trabajando en el conocimiento del instrumento y de quienes lo han ejecutado.
Ricardo Perry
Ricardo Perry
miércoles, 30 de septiembre de 2009
Cuando el León vivía en la Selva, Francisco García Ranz
Cuando el león vivía en la selva.
NOTAS SOBRE LA GUITARRA GRANDE DE SON.
Francisco García Ranz
Hoy en día, el son jarocho tradicional de las regiones sureñas del Sotavento veracruzano se conoce un poco más y se asocia principalmente con la guitarra de son de tonos graves o guitarra grande de son. Instrumento por demás excepcional, fue a partir de los años 80 que comenzó a difundirse más ampliamente, cuando algunos grupos menos tradicionales de otras regiones lo incluyeron en su dotación instrumental para proveer de registros bajos al conjunto musical. En los últimos años, el león, o leona, nombre con el que se ha popularizado esta guitarra de son, ocupa un lugar importante dentro de muchos de los nuevos conjuntos jarochos de otras regiones, particularmente aquellos que no tocan con arpa jarocha convencional. Con excepción de algunos artículos (como por ejemplo el de Liche Oseguera, La Guitarra Grande, SON DEL SUR 6, enero 1998; o el de Noé González Molina, La Leona en el son jarocho, SON DEL SUR 9, enero 2002) poco se ha escrito sobre este instrumento. La reciente aparición del disco de donde brama la leona... Primer Encuentro de Leoneros, Chacalapa, Veracruz, 2002, empieza a llenar el gran vacío que hay con respecto a la música de esta región sureña.
Hábitat
De los llanos a la sierra, hay una razón sabida...
El león del sur de Veracruz, siendo éste de montaña, o mejor dicho, de selva alta, no se encuentra en toda la cuenca del Coatzacoalcos ni tampoco en todas las selvas como algunos piensan; ha vivido en una zona bien delimitada, particular y privilegiada situada entre las dos grandes cuencas del Papaloapan y el Coatzacoalcos. A grandes rasgos, se le ubica en las faldas sur y sur poniente de la sierra de Santa Marta Soteapan. Sus fronteras tradicionales han llegado, al poniente, hasta las márgenes derechas del alto río San Juan; desde San Juan Evangelista hasta, probablemente, Cuatotolapan, ya muy cerca de Nopalapan (ubicado este último en la margen izquierda del San Juan). Al oriente, hasta las márgenes izquierdas del Coatzacoalcos; donde en los poblados orientales de Chacalapa y Chinameca, en los últimos años el león ha encontrado una mejor guarida. Al sur, hasta Acayucan y San Juan Evangelista, siendo esta última la población más importante hacia los confines sur y poniente de la región. Santa Rosa Loma Larga junto con otros poblados serranos cercanos a Soteapan marcan las fronteras hacia el norte. El centro geográfico de toda esta región, posiblemente sea algún lugar entre Corral Nuevo y Acayucan (tal vez Quiamoloapan); sin embargo, el foco más importante desde el punto de vista musical debió haber sido Hueyapan de Ocampo-Corral Nuevo.
De clima cálido-húmedo las precipitaciones anuales de esta región exceden por lo general los 1,500-2,000 mm (y son mayores hacia la cuenca del Coatzacoalcos); los ecosistemas principales que coexisten son el bosque alto tropical perennifolio y la selva alta perennifolia, la cual, hacia las partes bajas, va transformándose gradualmente en selvas mediana y baja. La variedad forestal, alguna vez mucho más abundante, es grandísima: caoba, ramón, amate, huapanque, jinicuil, palo de agua, rosa morada, barbasco, zapote de agua, cedro, sombrerete, caobilla, ceiba, guachichile, cedrillo, pucté, árbol del chicle, encino, ojoche, palma real, guayacán, hule... Terrenos pantanosos, lagunas y pastizales sustituyen la selva que paulatinamente llega a transformarse en sabana, donde crecen árboles de nanche, jícaros, cacao, marañón, zapotes, guayas y en las regiones más bajas predominan los manglares. De toda esta la riqueza forestal, la especie que se relaciona más con el león, es el cedro rojo o colorado (cedrela odorata L. o cedrela mexicana) el cual alcanza, dadas las abundantes lluvias de la región, alturas entre los 20 y 40 m, troncos muy rectos, y hasta 1.8 m de diámetro. Su madera, sobre explotada y muy cotizada para la fabricación de muebles finos, parquet, triplay, chapa, cubiertas y forros de embarcaciones, instrumentos musicales... tiene también usos medicinales, dio en el pasado justa fama a los bosques veracruzanos. Después de la caoba es la especie maderable más importante en la industria forestal en México. Enumerar la variadísima fauna de la región, alguna vez abundante, sería dedicar muchas más líneas que dejaremos para otra ocasión.
En los últimos 40-50 años, este hábitat ha estado sujeto a un rápido proceso de destrucción y fragmentación, resultado de practicas de manejo de la tierra incompatibles con la conservación y aprovechamiento razonado de los recursos naturales que estas selvas resguardan. Aunado a esto, el acelerado crecimiento de las poblaciones humanas y la fuerte demanda por espacio y alimento esta contribuyendo a la rápida desaparición de estos ecosistemas . Tal conversión ha resultado en la extinción masiva a nivel local y regional de un gran número de especies de plantas y animales acerca de los cuales poco se conoce. Es pues en esta región selvática de grandes árboles, al borde de la una verdadera y total catástrofe ecológica, y no en otras regiones donde ha nacido y por mucho tiempo se ha procreado no solamente el león sino también especies de guitarras cuartas y jaranas de tamaño excepcional.
Organología
Hasta su actual globalización, la guitarra grande de son, dentro de su misma región tradicional ha sido conocida como la guitarra de los tantos nombres (genéricos y propios): guitarra vozarrona, bordona, bocona, bombona, guitarrón, grande,... la tumba, león, leona, María bumburona,... Todavía hasta los años 70, en Tlacotalpan y Alvarado se refieren a las regiones sureñas del Sotavento como regiones lejanas y sobre todo desconocidas, donde se toca una guitarra (grande) de cuatro cuerdas o bajo de espiga. José Raúl Hellmer, hacia mediados de los años 60, fue el primero en adentrarse en estas selvas, hacer grabaciones de campo y recoger afinaciones de las jaranas y guitarras de la región. La fotografía del conjunto de guitarras grandes y jaranas que se presenta (posiblemente la imagen más remota con que se cuenta) y que sirve de portada a la nueva edición del disco No. 15 del INAH (Sones de México, Antología) fue tomada por Hellmer en Corral Nuevo en ése entonces .
La guitarra grande de son comparte con el resto de la familia todas las características morfológicas básicas de las guitarras de son, distinguiéndose por su tamaño, tesitura y forma de tocar. Su caja de resonancia varía entre 47 y 57 cm de longitud y entre 12 y 18 cm de espesor o profundidad, aproximadamente. La longitud de cuerda (entre cejilla y puente) llega en los instrumentos más grandes hasta los 68 cm. El ancho de caja (latitud del lóbulo inferior) excepcionalmente alcanza los 36 cm. De brazo corto, el número de trastes, desde la cejilla hasta la unión del brazo con la caja, varía entre 6 y 10 trastes. En muchos instrumentos antiguos, por lo general, el diapasón termina en la unión del brazo con la caja; rara vez monta éste sobre la caja y de hacerlo es para alojar a uno o dos trastes más y/o algún remate ornamental.
En cuanto a su tesitura, la guitarra grande de son se puede dividir en dos grupos. Asociado principalmente con el tamaño del instrumento (longitud de caja y cuerda) pero también con la encordadura que se utiliza están: los instrumentos de registros más graves afinados para tocar por cuatro en Do, y los instrumentos de registros graves-medios afinados para tocar por dos en Do, es decir, un quinta arriba; estos últimos con una tesitura equivalente al de las guitarras cuartas, pero a diferencia de éstas con una caja más profunda. Distinguiéndose así, por su voz y su tamaño, al león de la leona; otros prefieren llamar a los instrumentos de registros más graves leona y a los instrumentos de registros graves-medios (por lo general de menor tamaño) leoncitas. En cualquier caso los instrumentos alcanzan entre 1 octava y media y casi las 2 octavas. Así entonces la tesitura del león o leona (afinado para tocar por cuatro en Do) se ubica entre el Do-3 y casi el Do-5 de la escala general de los sonidos, mientras que el de la leona o leoncita (afinada para tocar por dos en Do) entre el Sol-3 y casi el Sol-5 de la misma escala. En la actualidad las guitarras grandes de son, al igual que el resto de las guitarras de la familia, se afinan para tocar por cuatro o por dos, otros tonos y afinaciones tradicionales como chinalteco, huayapeño, variado, media bandola... ya no se utilizan en la práctica y solo existen en el recuerdo de los músicos más viejos.
Al igual que el resto de las guitarras de la familia, la guitarra grande se construyen de una sola pieza. Los constructores escogen el tipo de cedro que resulta más conveniente; por ejemplo diferencian entre el cedro de sabana, que es madera más blanda, del cedro de barranca, por lo general más dura. Los clavijeros (invariablemente para cuatro clavijas de fricción), rara vez son rectos, sino que se distinguen por algún diseño ornamental (lobulado) o en forma de corona. En la actualidad, dada la escasez de buenos bloques grandes de madera de cedro y el esfuerzo que representa tallar (y también tocar) un león, han proliferado las leoncitas entre muchos de los nuevos grupos del Movimiento Sonero Jarocho. Ejemplos de leones rugiendo son, entre otros: la guitarra grande del grupo Mono Blanco (César Castro el leonero del grupo), la guitarra de Tacho Utrera del grupo Los Utrera, o la guitarra grande que toca Joel González con Los Cojolites. De la nueva generación de constructores de guitarras grandes destacan Tacho y Camerino Utrera, Liche Oseguera (también importante leonero y especialista en la materia), Pablo Campechano y Julio César Corro, entre otros.
Aparentemente, en la región de los Tuxtlas la guitarra grande no era tan común, aunque sí hay huellas de su presencia. Cabe añadir que las guitarras cuartas de mayor tamaño se encuentran en la misma región del león o en sus alrededores (Nopalapan, Los Tuxtlas) y a las que llaman simplemente guitarra de son o guitarra de son completa.
Estilos musicales de la región
Si bien la guitarra grande de son se le conoce y ha traspasado su nicho natural, los estilos musicales de la región no son tan conocidos ni diferenciados. En particular el estilo huayapeño (Hueyapan de Ocampo-Corral Nuevo), como ya se mencionó, debió haber sido muy importante en el pasado. En la actualidad, con excepción de Tío Yomo (recientemente descubierto por Liche Oseguera y Zenén Zeferino), quedan pocos músicos de esta zona. Cabe mencionar que las afinaciones y tonos por huayapeño (o guayapeño) de jarana y guitarra todavía se recuerdan en poblados como Providencia (cerca de Tres Zapotes) y próximos a la confluencia del San Juan con el Papaloapan.
A grandes rasgos se pueden distinguir los estilos serranos de las faldas altas de la sierra de Santa Marta de los que podríamos llamar estilos abajeños de las partes bajas de la región. En los pueblos serranos donde la población indígena (popoluca) es predominante, los estilos musicales son marcados, algunas veces abreviados, menos sincopado, no siempre está presente la guitarra grande de son en el conjunto musical y el repertorio de sones jarochos es menor. Los grupos Santa Rosa Loma Larga, El Aguacate y Los Pinos, son representativos de los estilos serranos. Por otra parte en las tierras bajas, donde la población mestiza es mayoritaria, el jaraneado es más floreado, la manera de tocar la guitarra grande es, a veces, más pausada pero particularmente sincopada y rítmicamente mucho más variada; el número de sones que integra su repertorio es mayor. Representantes de los estilos abajeños de la región son los grupos Comején y Chacalapa Viejos.
Vinculación con afromestizos
Unas últimas palabras con respecto a la tesis, algo difundida, que plantea como probables los orígenes afromestizos de la guitarra grande de son. Esta hipótesis no resulta tan fácil de comprobar pero tampoco de desmentir. Aquí nos metemos en la búsqueda, a priori, de un origen único –algo que nos ocurre muy a menudo– y lo que encontramos es que en el origen hay no sólo uno, sino una multiplicidad de orígenes. Es cierto que el número de afromestizos que han habitado por siglos esta región es muy alto; sin embargo, eso por sí solo no explica el hecho de que la guitarra grande sólo se encuentra en esta área específica. El tamaño superlativo de esta guitarra de son obedece también a la pródiga riqueza forestal de la región; los grandes cedros, de más de 1.5 m de diámetro, no se encuentran en otras partes del Sotavento, de ahí que los instrumentos de otras regiones sean de menor tamaño. Por otra parte está la idea que la guitarra grande es una creación (derivada de la guitarra de son genérica) de los pueblos indios de la región; hipótesis que se sustenta en parte, al considerar a los indios con mayores inclinaciones y aptitudes para construir guitarras, violines, arpas... (algo que por cierto está bien documentado) más que a los negros o afromestizos, cuyas virtudes y vocaciones, muchas veces estereotipadas, se cree son otras. Sin embargo, como apunta el maestro Álvaro Alcántara (y que me parece un importante elemento conciliador en esta polémica):
“... lo cierto es que no sabemos demasiado al respecto de la cultura de los pueblos africanos de aquel entonces ni de la procedencia de los negros (no muchos) que llegaron a trabajar a las haciendas ganaderas del sur de Veracruz como esclavos. Cuando hablamos de los afromestizos tendemos a creer que estos mulatos y pardos, poseen una cultura africana y esa es una idea totalmente equivocada. Hablar de afromestizos en el territorio mexicano y, particularmente, en el sur de Veracruz implica hablar de naciones criollas, aculturadas en la cosmovisión indígena. Sus madres eran mujeres indias y fue con ellas con quienes crecieron los pardos y mulatos de la región. Los afromestizos conservaron elementos de la cultura africana de sus ancestros –sin tener demasiada conciencia de tal legado–, pero sus habitus, su manera de entender el mundo son predominantemente de matriz india.”
Sobre esta cuestión vale la pena consultar los trabajos de Alfredo Delgado (Los negros del sur, SON DEL SUR 1, agosto 1995), del mismo Alcántara, y de Rolando Pérez Fernández, todos ellos estudiosos del tema. Sin embargo, independientemente de todo lo mencionado, sí se debe reconocer la fuerte preferencia de los afromestizos por la guitarra grande y en particular su contribución musical, la cual se aprecia muy marcadamente en los elementos musicales del son jarocho de una gran parte de esta región, alguna vez grandiosa selva, donde el león, sin lugar a dudas, ha sido el rey.
Tepoztlán, Morelos, marzo de 2003.
Bibliografía
▪ Alcántara López, Álvaro. La invención del jarocho. Una revisión a la impronta de los vaqueros afromestizos en la construcción del estereotipo regional. Inédito.
▪ Estrada, Alejandro, 2002. Las selvas del trópico húmedo. Laboratorio de Primatología, Estación de Biología "Los Tuxtlas", Instituto de Biología Universidad Nacional Autónoma de México (www.primatesmx.com).
▪ García Ranz, Francisco y Gutiérrez Hernández, Ramón, 2003. La guitarra de son, tomo 1. Cuadernos de cultura popular, IVEC.
▪ Pérez Fernández, Rolando, 1990. La música afromestiza mexicana, Universidad Veracruzana, México.
▪ Pérez Fernández, Rolando, 1996 y 1997. El chuchumbé y la buena palabra, Son del Sur 3 (1ra. parte), Son del Sur 4 (2da. parte). Centro de Investigación y Documentación del Son Jarocho, A.C. Jáltipan, Veracruz.
NOTAS SOBRE LA GUITARRA GRANDE DE SON.
Francisco García Ranz
Hoy en día, el son jarocho tradicional de las regiones sureñas del Sotavento veracruzano se conoce un poco más y se asocia principalmente con la guitarra de son de tonos graves o guitarra grande de son. Instrumento por demás excepcional, fue a partir de los años 80 que comenzó a difundirse más ampliamente, cuando algunos grupos menos tradicionales de otras regiones lo incluyeron en su dotación instrumental para proveer de registros bajos al conjunto musical. En los últimos años, el león, o leona, nombre con el que se ha popularizado esta guitarra de son, ocupa un lugar importante dentro de muchos de los nuevos conjuntos jarochos de otras regiones, particularmente aquellos que no tocan con arpa jarocha convencional. Con excepción de algunos artículos (como por ejemplo el de Liche Oseguera, La Guitarra Grande, SON DEL SUR 6, enero 1998; o el de Noé González Molina, La Leona en el son jarocho, SON DEL SUR 9, enero 2002) poco se ha escrito sobre este instrumento. La reciente aparición del disco de donde brama la leona... Primer Encuentro de Leoneros, Chacalapa, Veracruz, 2002, empieza a llenar el gran vacío que hay con respecto a la música de esta región sureña.
Hábitat
De los llanos a la sierra, hay una razón sabida...
El león del sur de Veracruz, siendo éste de montaña, o mejor dicho, de selva alta, no se encuentra en toda la cuenca del Coatzacoalcos ni tampoco en todas las selvas como algunos piensan; ha vivido en una zona bien delimitada, particular y privilegiada situada entre las dos grandes cuencas del Papaloapan y el Coatzacoalcos. A grandes rasgos, se le ubica en las faldas sur y sur poniente de la sierra de Santa Marta Soteapan. Sus fronteras tradicionales han llegado, al poniente, hasta las márgenes derechas del alto río San Juan; desde San Juan Evangelista hasta, probablemente, Cuatotolapan, ya muy cerca de Nopalapan (ubicado este último en la margen izquierda del San Juan). Al oriente, hasta las márgenes izquierdas del Coatzacoalcos; donde en los poblados orientales de Chacalapa y Chinameca, en los últimos años el león ha encontrado una mejor guarida. Al sur, hasta Acayucan y San Juan Evangelista, siendo esta última la población más importante hacia los confines sur y poniente de la región. Santa Rosa Loma Larga junto con otros poblados serranos cercanos a Soteapan marcan las fronteras hacia el norte. El centro geográfico de toda esta región, posiblemente sea algún lugar entre Corral Nuevo y Acayucan (tal vez Quiamoloapan); sin embargo, el foco más importante desde el punto de vista musical debió haber sido Hueyapan de Ocampo-Corral Nuevo.
De clima cálido-húmedo las precipitaciones anuales de esta región exceden por lo general los 1,500-2,000 mm (y son mayores hacia la cuenca del Coatzacoalcos); los ecosistemas principales que coexisten son el bosque alto tropical perennifolio y la selva alta perennifolia, la cual, hacia las partes bajas, va transformándose gradualmente en selvas mediana y baja. La variedad forestal, alguna vez mucho más abundante, es grandísima: caoba, ramón, amate, huapanque, jinicuil, palo de agua, rosa morada, barbasco, zapote de agua, cedro, sombrerete, caobilla, ceiba, guachichile, cedrillo, pucté, árbol del chicle, encino, ojoche, palma real, guayacán, hule... Terrenos pantanosos, lagunas y pastizales sustituyen la selva que paulatinamente llega a transformarse en sabana, donde crecen árboles de nanche, jícaros, cacao, marañón, zapotes, guayas y en las regiones más bajas predominan los manglares. De toda esta la riqueza forestal, la especie que se relaciona más con el león, es el cedro rojo o colorado (cedrela odorata L. o cedrela mexicana) el cual alcanza, dadas las abundantes lluvias de la región, alturas entre los 20 y 40 m, troncos muy rectos, y hasta 1.8 m de diámetro. Su madera, sobre explotada y muy cotizada para la fabricación de muebles finos, parquet, triplay, chapa, cubiertas y forros de embarcaciones, instrumentos musicales... tiene también usos medicinales, dio en el pasado justa fama a los bosques veracruzanos. Después de la caoba es la especie maderable más importante en la industria forestal en México. Enumerar la variadísima fauna de la región, alguna vez abundante, sería dedicar muchas más líneas que dejaremos para otra ocasión.
En los últimos 40-50 años, este hábitat ha estado sujeto a un rápido proceso de destrucción y fragmentación, resultado de practicas de manejo de la tierra incompatibles con la conservación y aprovechamiento razonado de los recursos naturales que estas selvas resguardan. Aunado a esto, el acelerado crecimiento de las poblaciones humanas y la fuerte demanda por espacio y alimento esta contribuyendo a la rápida desaparición de estos ecosistemas . Tal conversión ha resultado en la extinción masiva a nivel local y regional de un gran número de especies de plantas y animales acerca de los cuales poco se conoce. Es pues en esta región selvática de grandes árboles, al borde de la una verdadera y total catástrofe ecológica, y no en otras regiones donde ha nacido y por mucho tiempo se ha procreado no solamente el león sino también especies de guitarras cuartas y jaranas de tamaño excepcional.
Organología
Hasta su actual globalización, la guitarra grande de son, dentro de su misma región tradicional ha sido conocida como la guitarra de los tantos nombres (genéricos y propios): guitarra vozarrona, bordona, bocona, bombona, guitarrón, grande,... la tumba, león, leona, María bumburona,... Todavía hasta los años 70, en Tlacotalpan y Alvarado se refieren a las regiones sureñas del Sotavento como regiones lejanas y sobre todo desconocidas, donde se toca una guitarra (grande) de cuatro cuerdas o bajo de espiga. José Raúl Hellmer, hacia mediados de los años 60, fue el primero en adentrarse en estas selvas, hacer grabaciones de campo y recoger afinaciones de las jaranas y guitarras de la región. La fotografía del conjunto de guitarras grandes y jaranas que se presenta (posiblemente la imagen más remota con que se cuenta) y que sirve de portada a la nueva edición del disco No. 15 del INAH (Sones de México, Antología) fue tomada por Hellmer en Corral Nuevo en ése entonces .
La guitarra grande de son comparte con el resto de la familia todas las características morfológicas básicas de las guitarras de son, distinguiéndose por su tamaño, tesitura y forma de tocar. Su caja de resonancia varía entre 47 y 57 cm de longitud y entre 12 y 18 cm de espesor o profundidad, aproximadamente. La longitud de cuerda (entre cejilla y puente) llega en los instrumentos más grandes hasta los 68 cm. El ancho de caja (latitud del lóbulo inferior) excepcionalmente alcanza los 36 cm. De brazo corto, el número de trastes, desde la cejilla hasta la unión del brazo con la caja, varía entre 6 y 10 trastes. En muchos instrumentos antiguos, por lo general, el diapasón termina en la unión del brazo con la caja; rara vez monta éste sobre la caja y de hacerlo es para alojar a uno o dos trastes más y/o algún remate ornamental.
En cuanto a su tesitura, la guitarra grande de son se puede dividir en dos grupos. Asociado principalmente con el tamaño del instrumento (longitud de caja y cuerda) pero también con la encordadura que se utiliza están: los instrumentos de registros más graves afinados para tocar por cuatro en Do, y los instrumentos de registros graves-medios afinados para tocar por dos en Do, es decir, un quinta arriba; estos últimos con una tesitura equivalente al de las guitarras cuartas, pero a diferencia de éstas con una caja más profunda. Distinguiéndose así, por su voz y su tamaño, al león de la leona; otros prefieren llamar a los instrumentos de registros más graves leona y a los instrumentos de registros graves-medios (por lo general de menor tamaño) leoncitas. En cualquier caso los instrumentos alcanzan entre 1 octava y media y casi las 2 octavas. Así entonces la tesitura del león o leona (afinado para tocar por cuatro en Do) se ubica entre el Do-3 y casi el Do-5 de la escala general de los sonidos, mientras que el de la leona o leoncita (afinada para tocar por dos en Do) entre el Sol-3 y casi el Sol-5 de la misma escala. En la actualidad las guitarras grandes de son, al igual que el resto de las guitarras de la familia, se afinan para tocar por cuatro o por dos, otros tonos y afinaciones tradicionales como chinalteco, huayapeño, variado, media bandola... ya no se utilizan en la práctica y solo existen en el recuerdo de los músicos más viejos.
Al igual que el resto de las guitarras de la familia, la guitarra grande se construyen de una sola pieza. Los constructores escogen el tipo de cedro que resulta más conveniente; por ejemplo diferencian entre el cedro de sabana, que es madera más blanda, del cedro de barranca, por lo general más dura. Los clavijeros (invariablemente para cuatro clavijas de fricción), rara vez son rectos, sino que se distinguen por algún diseño ornamental (lobulado) o en forma de corona. En la actualidad, dada la escasez de buenos bloques grandes de madera de cedro y el esfuerzo que representa tallar (y también tocar) un león, han proliferado las leoncitas entre muchos de los nuevos grupos del Movimiento Sonero Jarocho. Ejemplos de leones rugiendo son, entre otros: la guitarra grande del grupo Mono Blanco (César Castro el leonero del grupo), la guitarra de Tacho Utrera del grupo Los Utrera, o la guitarra grande que toca Joel González con Los Cojolites. De la nueva generación de constructores de guitarras grandes destacan Tacho y Camerino Utrera, Liche Oseguera (también importante leonero y especialista en la materia), Pablo Campechano y Julio César Corro, entre otros.
Aparentemente, en la región de los Tuxtlas la guitarra grande no era tan común, aunque sí hay huellas de su presencia. Cabe añadir que las guitarras cuartas de mayor tamaño se encuentran en la misma región del león o en sus alrededores (Nopalapan, Los Tuxtlas) y a las que llaman simplemente guitarra de son o guitarra de son completa.
Estilos musicales de la región
Si bien la guitarra grande de son se le conoce y ha traspasado su nicho natural, los estilos musicales de la región no son tan conocidos ni diferenciados. En particular el estilo huayapeño (Hueyapan de Ocampo-Corral Nuevo), como ya se mencionó, debió haber sido muy importante en el pasado. En la actualidad, con excepción de Tío Yomo (recientemente descubierto por Liche Oseguera y Zenén Zeferino), quedan pocos músicos de esta zona. Cabe mencionar que las afinaciones y tonos por huayapeño (o guayapeño) de jarana y guitarra todavía se recuerdan en poblados como Providencia (cerca de Tres Zapotes) y próximos a la confluencia del San Juan con el Papaloapan.
A grandes rasgos se pueden distinguir los estilos serranos de las faldas altas de la sierra de Santa Marta de los que podríamos llamar estilos abajeños de las partes bajas de la región. En los pueblos serranos donde la población indígena (popoluca) es predominante, los estilos musicales son marcados, algunas veces abreviados, menos sincopado, no siempre está presente la guitarra grande de son en el conjunto musical y el repertorio de sones jarochos es menor. Los grupos Santa Rosa Loma Larga, El Aguacate y Los Pinos, son representativos de los estilos serranos. Por otra parte en las tierras bajas, donde la población mestiza es mayoritaria, el jaraneado es más floreado, la manera de tocar la guitarra grande es, a veces, más pausada pero particularmente sincopada y rítmicamente mucho más variada; el número de sones que integra su repertorio es mayor. Representantes de los estilos abajeños de la región son los grupos Comején y Chacalapa Viejos.
Vinculación con afromestizos
Unas últimas palabras con respecto a la tesis, algo difundida, que plantea como probables los orígenes afromestizos de la guitarra grande de son. Esta hipótesis no resulta tan fácil de comprobar pero tampoco de desmentir. Aquí nos metemos en la búsqueda, a priori, de un origen único –algo que nos ocurre muy a menudo– y lo que encontramos es que en el origen hay no sólo uno, sino una multiplicidad de orígenes. Es cierto que el número de afromestizos que han habitado por siglos esta región es muy alto; sin embargo, eso por sí solo no explica el hecho de que la guitarra grande sólo se encuentra en esta área específica. El tamaño superlativo de esta guitarra de son obedece también a la pródiga riqueza forestal de la región; los grandes cedros, de más de 1.5 m de diámetro, no se encuentran en otras partes del Sotavento, de ahí que los instrumentos de otras regiones sean de menor tamaño. Por otra parte está la idea que la guitarra grande es una creación (derivada de la guitarra de son genérica) de los pueblos indios de la región; hipótesis que se sustenta en parte, al considerar a los indios con mayores inclinaciones y aptitudes para construir guitarras, violines, arpas... (algo que por cierto está bien documentado) más que a los negros o afromestizos, cuyas virtudes y vocaciones, muchas veces estereotipadas, se cree son otras. Sin embargo, como apunta el maestro Álvaro Alcántara (y que me parece un importante elemento conciliador en esta polémica):
“... lo cierto es que no sabemos demasiado al respecto de la cultura de los pueblos africanos de aquel entonces ni de la procedencia de los negros (no muchos) que llegaron a trabajar a las haciendas ganaderas del sur de Veracruz como esclavos. Cuando hablamos de los afromestizos tendemos a creer que estos mulatos y pardos, poseen una cultura africana y esa es una idea totalmente equivocada. Hablar de afromestizos en el territorio mexicano y, particularmente, en el sur de Veracruz implica hablar de naciones criollas, aculturadas en la cosmovisión indígena. Sus madres eran mujeres indias y fue con ellas con quienes crecieron los pardos y mulatos de la región. Los afromestizos conservaron elementos de la cultura africana de sus ancestros –sin tener demasiada conciencia de tal legado–, pero sus habitus, su manera de entender el mundo son predominantemente de matriz india.”
Sobre esta cuestión vale la pena consultar los trabajos de Alfredo Delgado (Los negros del sur, SON DEL SUR 1, agosto 1995), del mismo Alcántara, y de Rolando Pérez Fernández, todos ellos estudiosos del tema. Sin embargo, independientemente de todo lo mencionado, sí se debe reconocer la fuerte preferencia de los afromestizos por la guitarra grande y en particular su contribución musical, la cual se aprecia muy marcadamente en los elementos musicales del son jarocho de una gran parte de esta región, alguna vez grandiosa selva, donde el león, sin lugar a dudas, ha sido el rey.
Tepoztlán, Morelos, marzo de 2003.
Bibliografía
▪ Alcántara López, Álvaro. La invención del jarocho. Una revisión a la impronta de los vaqueros afromestizos en la construcción del estereotipo regional. Inédito.
▪ Estrada, Alejandro, 2002. Las selvas del trópico húmedo. Laboratorio de Primatología, Estación de Biología "Los Tuxtlas", Instituto de Biología Universidad Nacional Autónoma de México (www.primatesmx.com).
▪ García Ranz, Francisco y Gutiérrez Hernández, Ramón, 2003. La guitarra de son, tomo 1. Cuadernos de cultura popular, IVEC.
▪ Pérez Fernández, Rolando, 1990. La música afromestiza mexicana, Universidad Veracruzana, México.
▪ Pérez Fernández, Rolando, 1996 y 1997. El chuchumbé y la buena palabra, Son del Sur 3 (1ra. parte), Son del Sur 4 (2da. parte). Centro de Investigación y Documentación del Son Jarocho, A.C. Jáltipan, Veracruz.
sábado, 26 de septiembre de 2009
LA GUITARRA ENTERA
Alfredo Delgado Canderon
fragmento de su libro Sotavento
La guitarra entera, también llamada vozarrona, bocona, guitarrona, leona, tigra, burrona o totolona (90 a 100 cm de largo por 30 a 35 cm de ancho) hace las veces de bajo pues de los instrumentos empleados en el son jarocho su tono es el más grave. Lleva 4 cuerdas, 2 sextas y dos cuerdas dobles cada una, sexta y octava, enredadas o entorchadas. Originalmente se tocaba punteada, casi como si se percutiera, pero esta manera de tocarla ha ido cambiando en las nuevas generaciones.
Algunos jaraneros piensan que la bocona es creación popoluca pero otros se inclinan por su origen afromestizo. Si bien en la actualidad su uso se ha generalizado, hasta hace unos años la vozarrona estaba restringida a unas cuantas comunidades de origen afromestizo, por lo que suponemos que fueron ellos quienes la crearon o adaptaron al son y le dieron su sonido característico. Entre las localidades que fueron o son leoneras destacan Chacalapa, Comején, Acayucan, Cuatotolapan, La Peña, El Coyol, La Guadalupe, Corral Nuevo, Jalapa Calería, Hueyapan de Soconusco, El Marquesillo y La Cañada. En documentos coloniales y del siglo XIX todos estos lugares están registrados como parajes de milperos o haciendas ganaderas con población mayoritaria de negros, mulatos y pardos, estos últimos también conocidos como chinos (AGN, Indiferente de Guerra, vol. 416a; AI, México 2590).
La leona aparece también en poblaciones indígenas como Santa Rosa Loma Larga, Sabaneta y El Aguacate, de etnia popoluca, o entre los nahuas de Zaragoza, pero todos estos pueblos tuvieron como vecinos a caseríos de milicianos, milperos y vaqueros negros y mulatos, por lo que es más que probable que de ellos la hubieran retomado. La bocona se construye con el brazo largo o corto, según el entrastado que se quiera incluir. Las comunidades indígenas en general hacen la guitarra entera más pequeña que las afromestizas. Entre los tocadores de vozarrona famosos en los últimos tiempos por su maestría tenemos a don Darío Anastacio (+) de Jalapa Calería, Tío Piri (+) de Comején y don Delio Morales, de Chacalapa.
fragmento de su libro Sotavento
La guitarra entera, también llamada vozarrona, bocona, guitarrona, leona, tigra, burrona o totolona (90 a 100 cm de largo por 30 a 35 cm de ancho) hace las veces de bajo pues de los instrumentos empleados en el son jarocho su tono es el más grave. Lleva 4 cuerdas, 2 sextas y dos cuerdas dobles cada una, sexta y octava, enredadas o entorchadas. Originalmente se tocaba punteada, casi como si se percutiera, pero esta manera de tocarla ha ido cambiando en las nuevas generaciones.
Algunos jaraneros piensan que la bocona es creación popoluca pero otros se inclinan por su origen afromestizo. Si bien en la actualidad su uso se ha generalizado, hasta hace unos años la vozarrona estaba restringida a unas cuantas comunidades de origen afromestizo, por lo que suponemos que fueron ellos quienes la crearon o adaptaron al son y le dieron su sonido característico. Entre las localidades que fueron o son leoneras destacan Chacalapa, Comején, Acayucan, Cuatotolapan, La Peña, El Coyol, La Guadalupe, Corral Nuevo, Jalapa Calería, Hueyapan de Soconusco, El Marquesillo y La Cañada. En documentos coloniales y del siglo XIX todos estos lugares están registrados como parajes de milperos o haciendas ganaderas con población mayoritaria de negros, mulatos y pardos, estos últimos también conocidos como chinos (AGN, Indiferente de Guerra, vol. 416a; AI, México 2590).
La leona aparece también en poblaciones indígenas como Santa Rosa Loma Larga, Sabaneta y El Aguacate, de etnia popoluca, o entre los nahuas de Zaragoza, pero todos estos pueblos tuvieron como vecinos a caseríos de milicianos, milperos y vaqueros negros y mulatos, por lo que es más que probable que de ellos la hubieran retomado. La bocona se construye con el brazo largo o corto, según el entrastado que se quiera incluir. Las comunidades indígenas en general hacen la guitarra entera más pequeña que las afromestizas. Entre los tocadores de vozarrona famosos en los últimos tiempos por su maestría tenemos a don Darío Anastacio (+) de Jalapa Calería, Tío Piri (+) de Comején y don Delio Morales, de Chacalapa.
domingo, 16 de agosto de 2009
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